sábado, 2 de enero de 2010

La Razón, el periódico bendecido por el Vaticano, publica la esquela de una criminal de guerra nazi


elplural.
¿Que más da hacer apología del nazismo si los nazis pasan por caja? Es lo que deben pensar los editores del diario La Razón, recién bendecido por la Santa Sede al convertirse en el distribuidor español de L’Osservatore Romano, el periódico oficial del Vaticano. El pasado 13 de diciembre, este rotativo publicó una esquela de Irma Ilse Grese, con el siguiente mensaje: “Tu muerte fue injusta e innecesaria y te debemos el recuerdo. Espero verte algún día ahí arriba, con tu dulce sonrisa. ¡Hasta siempre”. Parecería una necrológica sin más de no ser por un detalle: bajo el nombre de la susodicha aparecía la inscripción “SS-Aufseherin”. Efectivamente, estamos ante un homenaje a una guardiana de campos de concentración y famosa criminal de guerra. Por cierto, el anuncio aparecía en la sección de Religión acompañando una noticia que denunciaba los supuestos ataques del Gobierno socialista a la familia y a la Iglesia. Está visto que en este periódico sí tienen claro lo que es virtuoso, católico, apostólico y romano. Pero no hace falta ser creyente para saber que determinadas acciones no tienen perdón.

Hay crisis y hace falta recaudar. Más cuando La Razón ha tenido que renunciar a una gran fuente de ingresos, los anuncios de contactos, a cambio de distribuir el periódico del Papa. Pero publicar una esquela de una criminal de guerra condenada y ejecutada no tiene nombre. Da igual cuál haya sido su precio.

Nostálgicos del nazismo

Como se puede comprobar haciendo una búsqueda por la web, foreros de páginas de ultraderecha, algunas vinculadas a Falange Española de las JONS, ya se vanagloriaban de su hazaña días, anunciando que el periódico de Planeta rendiría homenaje a su “camarada”. De hecho, el tierno epitafio publicado en la prensa aparece en un blog en memoria de Irma Grese que cuenta una edulcorada y desvirtuada biografía suya.

Grese según los neo nazis

Define a Grese como una “bella dama de rasgos arios” que “probablemente lloró” al dejar Auschwitz, pero no por los miles de judíos asesinados sino porque “la guerra está perdida”. “El 17 de septiembre de 1945 comienza, en Lünenburg, el juicio contra Irma Grese y otros 44 acusados, pero ella se erige en estrella indiscutible desde el primer momento. Los niños corean su nombre cada día, a su llegada al juicio; ella responde, invariablemente, con una sonrisa coqueta... Su actitud, dentro del Tribunal, oscila entre la indiferencia y el desprecio. Se mostró ausente y distraída a lo largo de todo el proceso, como si supiera exactamente a donde iba a conducir todo aquello. Cuando se publicó su sentencia de muerte era ya la alemana más popular de los EEUU. Sin jamás reconocer su culpa por los delitos que se le imputaban, ya que se declaró una y otra vez inocente, Irma Grese fué ejecutada a las 09:34 horas del día 13 de Diciembre de 1945”, recoge este despropósito de blog, que asegura que el juez temió que se le hiciera “mártir”.

Grese según sus víctimas

En el relato hay datos ciertos y las fechas son exactas. Pero conviene leer otras informaciones como las del libro “Los hornos de Hitler” escrito por una superviviente que tuvo la desgracia de caer en un campo vigilado por el ángel rubio de Auschwitz. El siguiente es un extracto del citado texto no apto para personas sensibles:

“Por aquel entonces, las "selecciones" eran llevadas a cabo por las más altas jerarquías femeninas del campo, Hasse e Irma Griese. Los lunes, miércoles y sábados, duraban las revistas desde el amanecer hasta que expiraba la tarde, hora en que tenían ya completa su cuota de víctimas. Cuando aquellas dos mujeres se presentaban a la entrada del campo, las internadas, quienes ya sabían lo que les esperaba, se echaban a temblar.

Irma Griese se adelantaba hacia las prisioneras con su andar ondulante y sus caderas en movimiento. Los ojos de las cuarenta mil desventuradas mujeres, mudas e inmóviles, se clavaban en ella. Era de estatura mediana, estaba elegantemente ataviada y tenía el cabello impecablemente arreglado. El terror mortal inspirado por su presencia la complacía indudablemente y la deleitaba. Porque aquella muchacha de veintidós años carecía en absoluto de entrañas. Con mano segura escogía a sus víctimas, no sólo de entre las sanas, sino de entre las enfermas, débiles e incapacitadas. Las que, a pesar de su hambre y penalidades, seguían manifestando un poco de su belleza física anterior eran las primeras en ser seleccionadas. Constituían los blancos especiales de la atención de Irma Griese.

Durante las "selecciones", el "ángel rubio de Belsen", como más adelante había de llamarla la prensa, manejaba con liberalidad su látigo. Sacudía fustazos adonde se le antojaba, y a nosotras no nos tocaba más que aguantar lo mejor que pudiésemos. Nuestras contorsiones de dolor y la sangre que derramábamos la hacían sonreír. ¡Qué dentadura más impecable tenía! ¡Sus dientes parecían perlas!”.

Personaje siniestro

En la web pululan detalles siniestros acerca de esta SS-Aufseherin (guardia femenina de campos de concentración). Se dice que tras su detención en su apartamento se encontraron lámparas forradas de piel humana, “exactamente de tres prisioneros judíos asesinados y despellejado por ella misma”, y aunque sea difícil dilucidar dónde comienza la leyenda, estos relatos dan idea del cariz de este personaje. Grese fue condenada a la horca a los 22 años siendo la más joven condenada a muerte por las leyes británicas en el siglo XX. Se le ejecutó en la prisión alemana de Hamelín y sus últimas palabras a su verdugo habrían sido “¡rápido!”. Un ejemplo de cristiano, como ha dejado bien claro el diario La Razón.

http://www.elplural.com/macrovida/detail.php?id=41825

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