lunes, 27 de septiembre de 2010

TE IBA A ESCRIBIR UNA CARTA PERO SE ME A ADELANTADO ALMUDENA

Porque no quiero que mis hijos vivan peor de lo que he vivido yo. Porque no es justo que los trabajadores paguen la cuenta de una crisis que ha enriquecido a sus responsables. Porque este Gobierno no ha reinstaurado el impuesto sobre el patrimonio, no ha gravado a las grandes fortunas, no ha incrementado el tipo impositivo de las Sicav, donde los más ricos invierten el dinero que les sobra para contribui......r a los gastos del Estado con un mísero 1%, y a cambio, ha castigado a los más débiles con una reforma laboral inadmisible. Porque no se puede admitir que un empresario despida a sus empleados con cuatro días de antelación, solo porque "prevé" pérdidas para el próximo ejercicio, ahorrándose de paso más del 50% de la indemnización. Pero, además, porque la crisis está sirviendo para enmascarar un cambio de ciclo destinado a liquidar el Estado de bienestar. Porque si no hemos sido capaces de exportar nuestro progreso a los trabajadores de las grandes potencias emergentes, como China y la India, lo que nos espera es la importación de sus espantosas condiciones de trabajo. Porque Occidente ya ha recordado que esclavizando a la gente se gana mucho más dinero. Porque detrás de los recortes de derechos laborales, vendrán los de derechos civiles. Porque siempre habrá una agencia calificadora, o un premio Nobel, que proclame que los retrocesos son imprescindibles para avanzar.Y, sobre todo, porque digan lo que digan Zapatero, Salgado o el sursuncorda, los trabajadores somos el motor de la economía. Porque ni los bancos, ni las multinacionales, ni las grandes cadenas pueden subsistir sin nosotros. Porque si nosotros paramos, se para todo. Porque hemos heredado, junto con nuestros apellidos, la experiencia de que no existe otra manera de proteger nuestros derechos. Por todo eso, yo voy a la huelga general del 29 de septiembre.Ver más


Amudena Grandes

¿Sabía usted que Charles Chaplin era Gitano?

¿Sabía usted que Charles Chaplin era Gitano?

martes, 21 de septiembre de 2010

Un ex jefe del CESID confirma la existencia del archivo secreto de la Transición, el golpismo y la guerra sucia

Un ex jefe del CESID confirma la existencia del archivo secreto de la Transición, el golpismo y la guerra sucia


Domingo, 19 de Septiembre de 2010
publicado en: El cuarto Poder.

Los espías conocen muchas operaciones tan apasionantes como repugnantes. El coronel del Ejército del Aire Manuel Rey es uno de ellos. Durante más de una década colaboró con el general Emilio Alonso Manglano al frente del CESID (hoy CNI) y conoció la existencia del archivo secreto Jano que alberga miles de fichas –él dice que diez mil–, permanentemente actualizadas, con información sensible obtenida por procedimientos legales e ilegales sobre cuantos individuos de todos los colores han pintado algo en España desde 1969 hasta nuestros días.


El coronel Rey apareció en público la noche del jueves. El escenario fue el salón del Círculo de Lectores en la madrileña calle de Leopoldo O’Donnell, y el motivo, la presentación de la novela El informe Jano del periodista Manuel Cerdán Alenda. Sin romper el juramento de no desvelar secretos, contó Rey la paradoja de que aquel archivo secreto con materia innoble y sucia que utilizaron Franco y Carrero Blanco y construyó y administró el coronel de artillería José Ignacio San Martín, después implicado en el 23-F, para mantener a raya y amargar la vida a algunos amigos y por supuesto enemigos del régimen, hubiese sido utilizado después por los gobiernos democráticos como instrumento de control político de las Fuerzas Armadas.


Según Rey, Jano tuvo dos caras y fue alimentado con información nueva y actualizada hasta el año 1996, en que el ministro de Defensa, Eduardo Serra Rexac, decidió desactivarlo. Ya no tenía sentido espiar a los golpistas. Pero, ¿qué destino dieron a aquel arsenal de datos sobre la vida privada de políticos, militares, empresarios, financieros, grupos de presión, intelectuales, artistas, periodistas, jueces, curas..? Un alto cargo del CESID reconoció en su día que no se había destruido. Por el contrario, se realizaron tres copias: una estaría en manos de la CIA, otra seguiría custodiada con más llaves que el cofre del Cid en el actual CNI y la tercera habría sido escondida bajo tierra en algún lugar en la sierra de Madrid.


En el archivo Jano reposan cientos de dossiers y miles de datos y relatos sobre operaciones contra el golpismo y el terrorismo. También contiene la referencia a las operaciones de la guerra sucia contra ETA, anterior y posterior a la llegada del PSOE al poder en 1982 y a la creación de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), cuya autoría intelectual y acciones conocieron y apoyaron los servicios secretos a las órdenes del general Manglano. En una de ellas, la “operación Menguele”, consistente en inyectar una droga a unos mendigos de las mismas características físicas que el jefe de ETA Josu Ternera, para secuestrarle e interrogarle convenientemente, se basa la novela de Cerdán.


Cerdán investigó la causa de la muerte de uno de aquellos mendigos que los agentes del CESID utilizaron como cobayas. Y su trepidante novela surge de la frustración ante la impunidad. La muerte de aquel joven con el que se pasaron de dosis no tuvo autores conocidos. La falta de pruebas sobre los autores impidió hacer justicia. Según Rey, los datos sobre aquella y sobre otras acciones inconfesables tendrían que estar en el archivo Jano. Pero el ocultismo sobre su existencia, al igual que el informe y las pruebas sobre las implicaciones en el golpe de Estado del 23-F constituye una parte esencial de nuestra ignorancia.


La única certeza que les quedó a los oyentes, entre los que se encontraba el ex ministro y ex portavoz del Grupo Popular Eduardo Zaplana y el consejero de la Comunidad de Madrid Jaime González, es que como dijo Alexandre de Marenches, jefe de los espías franceses desde Degaulle a Giscard y repitió el ex agente Rey, “los servicios secretos pueden caer en la tentación de montar operaciones que la moral reprueba, la ley prohíbe y la justicia castiga… pero están hechos para eso”.

jueves, 16 de septiembre de 2010

¿QUIÉNES SE APROPIARON DEL CRECIMIENTO?

Durante las últimas décadas la economía española tuvo un elevado ritmo de crecimiento, lo que hizo pensar que había alcanzado una solidez similar a la de los países europeos más ricos. Nuestros gobernantes, como suele ser habitual en ellos, hicieron gala de un gran optimismo echando las campanas al vuelo y sacaron pecho para presumir como se presume de un equipo campeón. Sin embargo todo cambió radicalmente con la explosión de la burbuja en la que vivíamos, y, para millones de personas, el aterrizaje en la dura realidad fue como vivir el final del célebre cuento de La lechera. No éramos la potencia económica que se nos decía: creció el número de los trabajadores que se encontraron con el drama de la pérdida de su trabajo, el de los comerciantes y pequeños empresarios que se vieron obligados a echar el cierre de sus negocios, el de los deudores de hipotecas que se balanceaban en la cuerda floja…la sociedad del bienestar parece haberse desvanecido de nuestras vidas y, según dicen los economistas, a partir de ahora ya nada será como antes. Todo fue una gran mentira, todo menos las ganancias de los que se beneficiaron inflando la burbuja.




Ante semejante desastre no podemos ser tan ingenuos como para aceptar sin más las explicaciones que nos dan los mismos que nos han llevado al precipicio, es necesario hacerse preguntas: ¿Cómo es posible que después de haber crecido de forma sostenida durante décadas tengamos tanto paro? ¿Por qué el paro registrado en España durante los años de bonanza económica era superior al que registraban otros países europeos en los peores momentos de la crisis? ¿Dónde están los enormes beneficios de tantos años? ¿Por qué las rentas del trabajo han venido recibiendo cada año un porcentaje menor en el reparto de la Renta Nacional, lo que se conoce como el reparto de la tarta? ¿Para qué ha servido tanto crecimiento? Porque, antes de tomar medidas y mucho menos reformar el mercado de trabajo el gobierno debería haber reflexionado sobre estas cuestiones y sobre todo, debería haber respondido ante la ciudadanía, haciendo las rectificaciones que nos lleven a cambiar radicalmente el rumbo con una política más justa y mas igualitaria. Porque es fácil averiguar quienes se apropiaron del crecimiento de nuestra economía, nadie puede ignorar que fueron los banqueros y las grandes empresas multinacionales, ya que ellos mismos publican regularmente sus beneficios. Mientras éstos crecían con porcentajes de dos dígitos, imponían al resto de la población la moderación salarial diciéndoles que era necesario para que no subiera la inflación ¿es que acaso sus abultados beneficios no producían inflación? El progreso de la economía debería haber supuesto una mayor estabilidad en el empleo, una disminución de la siniestrabilidad y una mejora para la mayoría, con más derechos para los trabajadores, sin embargo, el empleo ha sido cada vez más precario, han aumentado los accidentes laborales y se han perdido muchos derechos laborales ¿en qué ha beneficiado la bonanza económica a las clases populares?.



No hace falta realizar un gran esfuerzo intelectual ni contar con dotes detectivescas para darse cuenta de que nos han estado tomando el pelo. Todo el tinglado económico, político y judicial montado por el bipartido único que gobierna el Reino está montado para que los ricos no sólo ganen mucho, lo cual podría ser incluso aceptable, sino lo que es mucho peor, para que cada año, aunque haya crisis, ganen más que el anterior, y eso a costa de lo que sea. Lo que sea ha sido y es la limitación de los sueldos, de las pensiones, el deterioro del medio ambiente y una inacabable relación de lindezas por el estilo.



¿Qué se está haciendo para salir de la crisis? Lo previsto según el programa dictado por los poderes financieros al bipartido único, proporcionar dinero a los bancos procedente de rebajar los sueldos, congelar las pensiones y reformar el mercado laboral, y por si fuera poco, incentivar el despido mediante subvenciones a los empresarios con dinero público…y ya están anunciados el retraso de la edad de jubilación y la modificación del cálculo de las pensiones para que sean muchísimo más bajas. Sin embargo, las desgracias que nos aquejan no son un designio divino ni una maldición, Las cosas podrían ir por caminos diferentes, porque en la política y en la economía todo depende de las decisiones que se adopten. Se puede seguir como hasta ahora, fomentando la insaciable ambición de los tiburones del mercado, haciendo que sean las espaldas de las clases menos pudientes las que soporten la crisis, o se puede hacer pagar a los ricos lo que en justicia deben pagar en lugar de rebajarles los impuestos; se puede dejar que el paro siga aumentando, o se puede crear industrias desde la administración contando con una banca pública. Todo podría ser diferente a como es ahora, pero para ello es necesario que los trabajadores, los comerciantes y pequeños industriales, los pensionistas, los autónomos y los parados tomen conciencia del poder que tienen en sus manos. Es posible forzar un cambio, no conservador, sino de progreso, a favor de los más débiles porque la democracia no es un adorno, sino una forma de organización de la convivencia que permite el gobierno de la mayoría y el respeto a los ciudadanos y entre los instrumentos que ofrece, está la libertad de expresión, la de manifestación y huelga –incluida la general- y, sobre todo, el voto igual para todos. Ha llegado la hora de decir NO y exigir que se reactive la economía y se creen puestos de trabajo, pero eso no va a venir del aumento del beneficio de los que se apropiaron del crecimiento de la economía española, sino que tiene que hacerse desde el gobierno, y para conseguirlo, en este tiempo en que vivimos, se impone la protesta de la población, para hacer saber a éste y a cualquier otro gobierno, que no son otra cosa que unos representantes y que sus medidas no pueden ir destinada a beneficiar a una minoría poderosa, sino a favorecer a la inmensa mayoría. En las circunstancias que vivimos la huelga general convocada para el 29 de septiembre es más necesaria que nunca. Hay que actuar ahora, cuando se nos ha convocado, porque si no lo hacemos, mañana quizás sea demasiado tarde para arrepentirse de no haberlo hecho.



ANTONIO TELLADO



Publicado en laRepublica.es el 16-IX-2010

CUANDO LAS BARBAS DE TU VECINO GRIEGO VEAS PELAR.....

He querido recuperar un artículo escrito por mi gran amigo Antonio Tellado, publicado en la república.es   el día 5 Marzo de 2010, mencianado artículo nos hacia referencia a lo que estaba por llegar y llegó

Las consecuencias de la crisis tienen aún que depararnos muchos disgustos y sobresaltos a los españoles. Hasta el momento se han quedado sin empleo millones de personas y ha aumentado el número de los integrantes de esa legión olvidada de la que se dice eufemísticamente que están por debajo del umbral de la pobreza, mientras, cada vez son más los que corren el riesgo de perder su casa por no poder pagar la hipoteca…en fin, para que seguir, los días de vino y rosas van quedando ya lejanos, aquellos días de continua fiesta en la que se decía “España va bien”, “hemos adelantado en PIB a Italia y ahora, aunque se enfade Sarkozy, también vamos a adelantar a Francia”, ahora sólo queda sonrojarse por tanta estupidez. ¿Acaso nuestros gobernantes no conocían España ni lo que se puede esperar de su economía? Porque desde que se liquidó la poca industria con que contábamos, aquí ya no se fabrica nada; se ha vivido del turismo –menos mal- y en una burbuja basada en le construcción especulativa. Durante décadas, a faltas de nada que vender, los especuladores españoles han invadido de cemento playas y parajes naturales, arruinando para siempre nuestro entorno natural, o se han dedicado a comprar productos en el campo para venderlos quince o veinte veces más caros.




Por si faltaba algo, ahora los números de la macroeconomía española han dejado al aire las vergüenzas, algo que se veía venir; porque ningún país puede soportar un número tan elevado de corruptos como soporta España, donde nunca aparece el dinero público embolsado por esos sinvergüenzas a los que la Justicia impone alguna que otra vez penas de risa, mientras no les pasa nada a los empresarios corruptores que se van de rositas. Las mafias han encontrado acomodo en ese panorama tan favorable que consideran un paraíso donde realizar impunemente su trabajo sucio y rentable. Esa es la maravillosa realidad de lo bien que ha ido España en estos años. Pero, llega un momento en el que revienta el globo, y toda la economía española instalada en él. En esa fiebre por ganar cada vez más, la banca –otros que tal bailan- invirtió el dinero que le confiaban sus clientes en bonos basura que no valían nada, originando un enorme agujero negro en el mundo financiero; sin embargo, como los banqueros tienen bula, a nadie se le hizo responsable de semejante desastre, al contrario, el asunto se solucionó tapándose el agujero con dinero público y santas pascuas; o sea, que el conjunto de la población tuvimos que pagar la negligencia de los banqueros, ¡Cojonudo!



Pero claro, esas elevadas cantidades que les proporcionó el Gobierno, unidas a la falta de cotizaciones a la Seguridad Social y a la disminución de lo recaudado en concepto de impuestos ocasionados por el aumento del paro y la crisis que golpea a los pequeños y medianos empresarios y también, que todo hay que decirlo, a la bajada de impuestos a las grandes fortunas, trajo como consecuencia un aumento del déficit y del endeudamiento, que amenaza con ahogarnos a todos. Mientras todo se hunde, los galácticos de la economía, los banqueros, las eléctricas, las petroleras y las grandes multinacionales, continúan obteniendo millonarios beneficios, porque en nuestra angustiosa realidad se les autorizan escandalosas subidas con la que se castiga aún más nuestros bolsillos, esa es la lógica del sistema que prefiere la bolsa a la vida y los valores mobiliarios a los valores de la ética; se trata de que los ricos sigan ganando y que los trabajadores, en el mejor de los casos, se beneficien de las migajas que les caigan desde arriba, o que se jodan sumidos en la pobreza.



En la Unión Europea hay otros países con una economía tan endeble como la nuestra; uno de ellos, Grecia, anda en la cuerda floja, al borde de la quiebra. Pero el sistema “ha acudido en su ayuda” imponiéndole sus soluciones: rebajar los sueldos, las pensiones, despedir empleados públicos y eliminar servicios sociales. Todo ello para que, como dice la vieja canción, todo siga igual. Lo curioso del caso es que lo que ha encendido las alarmas en Grecia ha sido su déficit presupuestario del 12,4 del PIB (el de España es del 11,4), y todo ello cuando el desempleo es allí del 9,7 %; nada parece importarles que el de España, un país, para ellos mucho más solvente, sea del 19%. Cuánta razón llevaban los que durante todos estos años han predicado en el desierto denunciando que se estaba construyendo la Europa de los mercaderes y no la de los pueblos. Poco les importa a esos mercaderes el drama de las personas que no cuentan con un empleo ni con ingresos, lo importante para el sistema es que los prestamistas puedan cobrar sus préstamos incluidos los intereses, que los ricos sigan siendo ricos, mientras más mejor, y que los pobres sigan siendo pobres, no importa su grado de desesperación. En el país helénico, la gente se ha echado a la calle a protestar por la agresión que sufren con el recorte de sus derechos, y, como era de esperar, sobre ellos han caído, en defensa del santo capitalismo, las fuerzas represivas, la prensa vendida al sistema, y si es necesario caerá también el ejército, en un asunto como ese no se escatiman esfuerzos, y en última instancia ahí están las fuerzas de la OTAN, que para eso están. Pero, la realidad es meridianamente clara, se trata de que solamente paguen los de abajo, aquellos a los que siempre se les ha otorgado ese papel. El pueblo griego tendrá que luchar muy duro si quiere parar el expolio.



Pero, ¡Atención a todos los navegantes! En España ya se están preparando medidas en la misma dirección: nada de reinstaurar el Impuesto sobre el Patrimonio para hacer pagar a las grandes fortunas los impuestos de los que les eximieron tan generosamente, nada de controlar los bancos a los que se les inyectó dinero público, nada de crear una banca pública ni de planificar la economía, ni pensar en controlar a las eléctricas o las petroleras, porque de todos ellos es el paraíso de la economía globalizada; de lo que se trata es de seguir abaratando el despido, de bajar de hecho las pensiones, de elevar la edad de jubilación hasta los sesenta y siete años, en fin, lo que todos sabemos. El caso es que, como dice el refrán, cuando las barbas de tu vecino veas pelar…y ya están pelando las de los griegos. Muy mal nos va a ir a los españoles como no se luche por cambiar este sistema compartido por ZiPi y ZaPPe, esos dos gemelos de la política, tan iguales, que nadie podría distinguirlos, ambos comprometidos en el salvamento del capitalismo agresivo globalizado, aunque para cumplir con el papel que le tienen asignado, se dediquen a confundir al personal con sus peleas fingidas con las que mostrarse diferentes.

martes, 14 de septiembre de 2010

Usted los paga y el obispo los manipula

Francisco Gil Craviotto

07/09/2010

I.El culebrón de los profesores de religión es como para morirse de risa o de pena -según se mire- y demuestra con toda claridad que Valle Inclán no se equivocó cuando dijo aquello de que éste es un país esperpéntico. Para comenzar, lo primero que llama la atención es el sistema que reina en España para ser profesor de religión: los elige a dedo el obispo de la diócesis. De esta manera ocurre que, mientras que todos los demás profesores de cualquier escuela o instituto han tenido que realizar una carrera y superar unas oposiciones, el de religión entra en el colegio o instituto sin otro aval que el del obispo que lo envía. No termina aquí lo insólito del caso, lo mejor viene ahora: a este profesor no lo paga la Iglesia, como en buena lógica debería ocurrir, sino el Estado; es decir, el contribuyente. Puede muy bien suceder que usted, ciudadano de a pie y contribuyente, sea católico y esté encantado en pagar al profesor que envía el obispo a dar clase; pero también es posible que sea protestante, judío, musulmán, o acaso, decididamente agnóstico o ateo y no lo esté tanto o incluso en modo alguno. No importa: usted paga, el obispo manipula y los políticos siguen alardeando de que este es un país laico.

No termina aquí lo absurdo del caso. El meollo del culebrón viene cuando el obispo en cuestión, porque le place, llega a la arbitrariedad de cambiar a un profesor de religión por otro. Otro más dúctil y maleable, se sobreentiende. Se verá mucho mejor si ponemos un ejemplo. Helo aquí:

Imaginemos por un instante uno de estos profesores. En nuestro caso, dado que estamos en la época de los feminismos, va a ser una profesora. ¿Le ponemos un nombre? ¿Le gusta al lector el nombre de María del Mar? Ya está. María del Mar es una chica joven -menos de treinta años-, simpática, que frecuenta la parroquia, y habla y escucha a todo el mundo. Es relativamente culta -incluso se ha atrevido a leer, un poco a hurtadillas, el “Cándido” de Voltaire y la novelita “San Manuel bueno y mártir” de Unamuno- y viste con decoro y decencia. Nada de mini faldas ni blusas con el ombligo al aire. Ha ayudado al párroco en su labor de catequesis y conoce al obispo desde la época en que todavía no era obispo, así como a la mayor parte de la camarilla que lo rodea. Es, -al obispo no le cabe la menor duda-, la persona ideal para ocupar el puesto de profesora de religión. El primer año transcurre como la seda. El obispo la felicita. En el instituto, ese primer año conoce a otro profesor -el de matemáticas- con quien comienza a intimidar. Paseos al atardecer cogidos de la mano, besos en la soledad de un parque. Un día el profesor de matemáticas consigue llevarla a su estudio. Ven libros, oyen música, beben una copita y después otra. El final es que terminan en la cama. La experiencia le ha resultado agradable. Se impone la repetición y ya no hay final de semana que no visite el estudio del matemático. Sus amores son tan discretos que en el instituto casi nadie sabe que él y ella son novios; sin embargo, el obispo, que tiene ojos y oídos por todas partes, sí que lo sabe. Muy pronto, a través del párroco y otros fieles servidores, comienza una campaña de acoso que al final, con el beneplácito de la Iglesia, termina en boda. A los seis meses nace el primer niño, año y medio después viene el segundo. Todo perfecto. Pero al instituto llega una profesora de literatura que al matemático lo deja deslumbrado. Muy pronto se da cuenta de que para él es más agradable hablar de Lorca y de Machado que del milagro del pan y de los peces o del sermón de la montaña. El cuarto curso de Mar en el instituto coincide con su divorcio. Inmediatamente queda invalidada por el arzobispo para la enseñanza y, sin esperar siquiera a las vacaciones, a mitad de curso es reemplazada por otro profesor, ahora hombre, al que el Estado le paga con la misma obediencia con que antes le pagaba a Mar. De la noche a la mañana Mar se ha quedado sin trabajo y con dos hijos a las espaldas. De nada le han valido demandas ni súplicas. Mientras tanto, el obispo de nuestro cuento sigue repartiendo bendiciones y el matemático -tan divorciado como ella- con sus binomios, hipotenusas y catetos.

Sólo es un ejemplo entre cientos.

Lo más impresionante en esta sucesión de arbitrariedades e injusticias es la argumentación de los políticos. Todos se escudan en el mismo tópico: el concordato. Uno no puede evadir la inevitable pregunta: ¿tan inamovible es el concordato que puede pisotear los más elementales principios de nuestra Constitución y los derechos del hombre?

II.

“Decíamos ayer…” Fue la frase que, dicen, pronunció Fray Luís de León cuando, después de haber permanecido cinco años en las mazmorras de la Inquisición, volvió a su cátedra de Salamanca. La Inquisición -o la santa Inquisición, como dicen los beatos-, ese gran invento de la Iglesia Católica para evitar, mediante la tortura y el fuego, toda disidencia, no sólo atacó a judíos, moriscos y luteranos, sino que también se cebó en los suyos, como fue el caso de Fray Luis.

Yo también decía ayer que me parece escandalosamente abusivo que con el dinero del contribuyente, sea católico o no lo sea, se paguen las clases de religión. Si en mi alegato de ayer contemplaba el problema proyectando toda mi atención sobre el profesor, hoy lo voy a hacer deteniéndome sobre todo en la víctima: el niño que tiene que sufrir esas clases.

No estará mal precisar al lector que, al decir víctima, hablo por mi propia experiencia: yo sufrí esas clases que, hablaban de pecados, demonios, infiernos, purgatorios, cielos y limbos, y llenaron mis días -y sobre todo mis noches- de desasosiegos y pesadillas. Las viví hasta que, llegado a la edad adulta, logré sacudirme todo ese lastre clerical. El niño no tiene capacidad para distinguir la verdad irrefutable -por ejemplo: la Tierra da vueltas alrededor del Sol-, de la pura entelequia que no tiene más soporte que la fe. El niño se traga el rollo del cura o la beata y termina traumatizado ante la posibilidad de que a él le pueda caer alguno de esos atroces castigos. Jamás se le ocurrirá pedirle al cura o a la beata el documento notarial y fehaciente que demuestre la existencia de tales lugares de tormento.

Entonces eran inevitables aquellas clases de religión.

Usted los paga y el obispo los manipula
José María García Labrac.

Responsable de Finanzas/Tesorería.
Área de Comunicación.
UCAR-Granada.

Secretario de la Coordinadora Republicana de Granada.

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